Proyectomadre está inspirado en las enseñanzas de T. Krishnamacharya, tal como se aplican hace más de 30 años en el Mandiram (Chennai-India). El mandiram (hogar, casa) es un ámbito en donde las personas van a buscar prácticas de yoga personalizadas (regulares y terapéuticas). Lejos de ser clases de yoga individuales, el diseño de las prácticas uno-a-uno se basa en una mirada integral del ser humano y se apoya en una serie de elementos que hacen único a su abordaje:
-aceitado desarrollo de la observación del alumno
-profundo conocimiento y expertise de las herramientas a aplicar por parte de sus profesores (posturas, técnicas de respiración, sonido, visualizaciones, conocimientos básicos y herramientas de ayurveda, entre otros).
-trabajo en equipo en donde cada profesor está supervisado por otro de mayor experiencia (sistema de mentores)
-conocimiento sustancial de la implementación de yoga en tanto propuesta terapéutica
Estos ejes se apoyan en un concepto claro y muy simple que atraviesa todas las formaciones y las enseñanzas de la escuela: "care". Cuidado. Cuidado en tanto "no violencia" (evitar por todos los medios que el alumno se lastime) y cuidado en tanto dedicar atención, tiempo, energía y foco para comprender realmente la complejidad mente-cuerpo de ese ser humano. Muy lejos de ser una"clase particular" tradicional o de estimular un tipo de relación condescendiente con el alumno, esta manera de aplicar el yoga a cada ser humano promueve la importancia del vínculo: principalmente el vínculo del alumno consigo mismo, guiado y proyectado (especialmente en un comienzo) a través del vínculo con su profesor. Esta manera de aplicar yoga busca despertar y activar un grado de independencia del alumno basado en una mejor observación y conocimiento de sí mismo.
Este ha sido el eje en mi manera de aprender y trabajar en yoga desde hace más de 15 años. Y en eso nos inspiramos quienes gestamos y formamos parte de proyectomadre.
Cada propuesta que hacemos aquí está sostenida por y desde nuestra propia práctica. Justamente por eso lo llamamos "proyecto". Porque nuestra transformación no es algo cerrado o que tiene un fin.
Y es "madre" porque entendemos que ese eje de cuidado permea todo; nutre a cualquier cosa que se le acerque.
No hay técnica o herramientas o conocimiento, por más preciso u original, que supere el efecto de una vibración de cuidado genuina. No hay fuerza más poderosa que el cuidado que nace de una vocación de servicio real.
Gabriela Binello